El Consejo de Acreditación para la Educación Médica Graduada (ACGME, por sus siglas en inglés) retiró la acreditación del programa de Neurocirugía del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) por un déficit de equipo y personal médico que ha experimentado desde antes del 2019.
El retiro de la acreditación será efectivo a partir del 30 de junio de 2022, según una notificación por correo electrónico al director del único programa de Neurocirugía en Puerto Rico, Juan A. Vigo Prieto.
“La carta oficial de la Junta Acreditadora se recibirá en los próximos 60 días. Una vez se reciba dicha carta, se estudiará la situación para tomar una determinación afirmativa sobre los próximos pasos a seguir”, explicó la administración del RCM en un comunicado.
Asimismo, el presidente de la UPR, Jorge Haddock Acevedo, indicó que se comunicó con el rector del RCM, Segundo Rodríguez Quilinchini, para atender el asunto “a primera hora” del día de hoy, martes, 13 de abril.
Desde la llegada de la Junta de Supervisión Fiscal, el RCM sufrió una reducción de presupuesto de aproximadamente $17 millones, de manera que, actualmente, reciben $106 millones de los $123 que obtenían en el año académico 2016-2017.
Según el CGE, los recortes presupuestarios redujeron la capacidad de contratar personal y cumplir con otros requisitos de la acreditación del ACGME.
“El alza escalonada del costo por crédito, la eliminación de las exenciones de matrícula y la reducción presupuestaria han sido los primeros efectos de lo que se vislumbró que provocaría dicho plan —Plan Fiscal de la Junta de Gobierno de la UPR— desde su implementación”, denunció el Consejo General de Estudiantes (CGE) del RCM mediante un comunicado.
De igual forma, el CGE alertó que el recinto no debe sufrir más recortes presupuestarios, debido a que pondría en juego la acreditación de los demás programas, incluyendo la acreditación del Middle State Commission on Higher Education, lo que podría provocar pérdida de elegibilidad a fondos como los de la Beca PELL.
«Esto ha sido una crónica de muerte anunciada que se veía venir desde la gran huelga que ocurrió el 5 de abril de 2017. La aprobación de los distintos planes fiscales contemplaban unos recortes presupuestarios demasiado exhaustivos para el sistema UPR, y en el RCM vimos el primer estrago», expresó Jean M. Deida Morales, secretario de prensa.
El caso del programa de residencia de Neurocirugía alza la bandera roja sobre cómo otros programas académicos y residencias, que estén escasos de recursos, podrían entrar en riesgo de perder sus acreditaciones.
Además, los recortes pueden provocar una merma en matrícula, dado que los estudiantes podrían optar por irse al exterior a buscar programas que cuenten con una acreditación segura, expuso el presidente del CGE.
De igual forma, Deida Morales indicó que dos estudiantes de Neurocirugía ya se han visto afectados por la pérdida de la acreditación.
Aunque no es necesario que todos los programas se acrediten por el AGCME, hay jurisdicciones que requieren la acreditación del ente para ejercer en la profesión.
«Los recortes no son manejables y nunca lo fueron, pues realmente puede ser una muerte lenta para muchos programas académicos y sabrá Dios si de alguno de los recintos», advirtió.