Por: Víctor Torres Montalvo / Twitter: @motinsitepegas
Foto: Adrián Rivera Ferrán/Pulso Estudiantil
La presidenta de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Nivia Fernández Hernández, renunció hoy a su puesto, en medio de unos procedimientos en su contra por no cumplir con abrir los portones del Recinto de Río Piedras.
«Agradezco a los miembros de la Junta de Gobierno y el equipo de rectores que depositaron en esta servidora su confianza, y al excelente equipo de profesionales de Administración Central que laboraron conmigo durante estas 13 semanas, el respaldo que me brindaron para liderar la Universidad de Puerto Rico en este difícil período, tanto para la institución como para el país» expresó Fernández, en declaraciones escritas que confirman su dimisión.
Aunque el conflicto huelgario en la UPR aún sigue vigente en la mayoría de sus once recintos, Fernández Hernández se pronunció «confiada» en que se resuelva.
«Tengo plena confianza en una pronta y justa conclusión a la situación actual e irregular en la que nos encontramos y la reinstauración de las labores en un ambiente de sosiego y tranquilidad como el que todos merecemos para darle cumplimiento a nuestras obligaciones ministeriales», opinó en su carta de renuncia a Carlos Pérez Díaz, expresidente de la Junta de Gobierno (JG).
Pérez Díaz también renunció hoy junto a Carlos del Río, vicepresidente, y Frank Catalá Morales.
La dimisión se da antes de volver a comparecer hoy al Tribunal de Primera Instancia (TPI) de San Juan para presentar unas medidas «concretas» y, así, abrir los portones del Recinto de Río Piedras.
La jueza Lauracelis Roques Arroyo dio ayer un ultimátum a Fernández Hernández para que cumpliera hoy con la orden del Tribunal de Apelaciones para reanudar el semestre académico en el campus riopedrense.
Asimismo, tiene que presentar un plan de trabajo certificado por la JG para reanudar clases, y llevar «prueba contundente» de que en realidad se han hecho esfuerzos para continuar cursos.
Todo eso tiene que estar listo para en o antes de las 2:00 de la tarde de hoy.
Antes de la decisión de dar una «última oportunidad» a la expresidenta, la togada hizo constar lo siguiente:
- Que su testimonio fue vago y no presentaba acciones “concretas”
- Que el plan de trabajo del que la funcionaria habló es uno de “quizás” y que no se ha implementado
- Que las gestiones no han sido “suficientes”
- Que no se han auscultado “todas” las opciones