“Todo comenzó cuando él me empezó a decir ‘Carlita’. Nadie en mi vida me ha dicho ese apodo. Él no lo escuchó por ahí. Fue un apodo que él decidió ponerme”, narró Carla sobre el momento en el que un excatedrático de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Recinto de Río Piedras comenzó a acosarla.
Carla, un seudónimo otorgado para proteger su identidad, describió que, cuando tomó la clase de Introducción a la Investigación en Comunicación con el profesor Héctor Sepúlveda Rodríguez en el 2015, no había mucha interacción al principio.
Sin embargo, en el transcurso del semestre, el profesor comenzó a llamarla en diminutivo, a utilizar nombres inapropiados y a perseguirla con la mirada haciéndola sentir incómoda dentro del salón.
También, insertaba comentarios machistas o de doble sentido dentro de la discusión en clase que, según la egresada,“nos hacía sentir a todas incómodas”, contó en entrevista con Pulso Estudiantil.
Para la evaluación de medio término o midterm en octubre, la joven, quien ahora tiene 24 años, tuvo que ausentarse al examen, por lo que recurrió a excusarse por correo electrónico. La contestación del profesor al mensaje de Carla fue la siguiente: “Carlita”…
“Me pareció muy extraño e incómodo. También, no es la contestación a lo que te estoy preguntando”, expresó la exestudiante.
Al transcurrir los días, Carla se encontró, de forma inadvertida, con el profesor en la biblioteca de la Escuela de Comunicación (COPU).
“Eso fue en la misma semana en la que falté al examen. Cuando voy a donde la bibliotecaria a pedirle algo, él me agarra por el brazo y me dice ‘mi amor, te extrañé hoy’”, relató la egresada de la UPR.
Por un lado, la exestudiante añadió que el excatedrático les pedía a los alumnos, en su clase, que les añadiera como amigo en la red social Facebook.
“Para ese tiempo, yo todavía estaba empezando en la universidad, así que yo asumí que eso era algo que yo tenía que hacer. Él comenzó a darle “like” a fotos mías en traje de baño y viejas de hace años”, abundó.
Cuando culminó el semestre, mientras Carla iba a estudiar a la biblioteca de COPU, “él siempre se aparecía y buscaba la manera de sentarse frente a mi mesa, para que yo estuviera mirándolo de frente velándome”. Además, la joven añadió que el excatedrático le tiraba guiñás’ y le sacaba la lengua tratando de ser juguetón.
“Yo siempre le viraba la mirada, lo ignoraba o llegaba a un punto en el que me iba de la biblioteca, porque no podía con lo incómoda que me hacía sentir”, expresó.
Tardía respuesta institucional
En 2019, la joven de 24 años sometió una declaración jurada a la Oficina del Coordinador de Cumplimiento de Título IX, ley federal que fue promulgada en el año 1972 para asegurar que el personal y estudiantado masculino y femenino en instituciones educativas sean tratados con equidad y justicia.
Sin embargo, no fue hasta el 2020 que se le comunicó a la exestudiante que, debido a que el exprofesor se acogió al retiro, el recinto no ostentaba jurisdicción sobre su persona.
Por su parte, Edith González Milán, directora de la Oficina de Título IX, explicó, a través de una comunicación por correo electrónico, que “para que la oficina de Título IX atienda una queja, las nuevas regulaciones de ley federal establecen que las partes tienen que ser estudiantes o empleados activos”.
No obstante, la directora añadió que, de no poder esclarecer un caso de hostigamiento sexual, tanto la ley de Título IX, como la normativa interna, provee remedios a las partes una vez culmina la investigación y se determina que hubo posibles violaciones.
“Si alguna de las partes no está conforme con la decisión del caso, puede pedir reconsideración de dicha decisión a la Autoridad Nominadora o puede apelar al presidente de la Universidad”, expresó González Milán.
En el Informe Estadístico de Casos Atendidos de Hostigamiento Sexual del año pasado, la Oficina de Titulo IX reportó 13 casos de hostigamiento sexual que fueron de profesor a estudiantes. De este número, solo se resolvieron siete.
Asimismo, la presidenta del Consejo General de Estudiantes (CGE) en Río Piedras, Luz Clemente Andino, mencionó durante la pasada Asamblea General de Estudiantes, que reconoce la moción de parte del estudiantado para realizar un documento público que contenga los profesores denunciados de hostigamiento sexual para removerlos de la comunidad universitaria a través de un proceso de votación.
Sin embargo, Clemente Andino reiteró que la decisión “no es accionable”, debido a que la decisión de expulsión de profesores le corresponde a la UPR.
Por otro lado, la administración de COPU informó que “ recibió la queja contra el profesor el martes, 25 de junio de 2019”. Ese mismo mes, se entrevistó al catedrático. No obstante, este se acogió al retiro el 30 de junio de 2019.
“Como parte del proceso investigativo, se realizaron entrevistas a más de una docena de exestudiantes del profesor; también se auscultó sobre posibles quejas anteriores”, especificó la administración en una comunicación escrita.
Del mismo modo, la Escuela rindió un informe a la Autoridad Nominadora y se le notificó a las partes su determinación mediante un correo certificado con acuse de recibo.
Pulso Estudiantil trató de comunicarse con el exprofesor Sepúlveda Rodríguez, pero este no respondió a la petición informativa.
Política institucional en contra del discrimen y hostigamiento sexual
Por su parte, el presidente de la UPR, Jorge Haddock Acevedo, anunció, el 25 de noviembre de 2020, que la institución había actualizado la política institucional en contra del discrimen y el hostigamiento sexual en la comunidad universitaria.
Además, se presentó un nuevo reglamento de Protocolo Institucional de la UPR para lograr el manejo de violencias y educar a la comunidad universitaria.
Desde diciembre de 2020, Pulso Estudiantil se ha mantenido en comunicación con la oficina de prensa para obtener copia del documento, detallar los cambios a la política institucional y conocer si impactarían de alguna forma el desenlace de este caso.
Sin embargo, Carolyn Marrero Rosado, monitora de seguridad de estudiantes y empleados de la UPR, informó a este medio que no podía brindar acceso a un borrador del documento y que, una vez fuese aprobada, se enviaría a los medios.
El jueves, 25 de marzo de 2021, Haddock Acevedo anunció, en una carta circular, la aprobación y distribución del Protocolo Institucional para la prevención y manejo adecuado de situaciones de violencia doméstica en la UPR.
De acuerdo con una encuesta realizada por este medio en el 2018, solamente un 4.8 por ciento de los casos de hostigamiento sexual a nivel subgraduado del Recinto de Río Piedras de la UPR, son reportados oficialmente en la institución educativa.
Asimismo, un 18.3 por ciento de los hostigamientos son verbales y el 63.3 por ciento físicos. Mientras, un 18.3 por ciento apunta a ambos.
Según los datos, un 8.9 por ciento del estudiantado, específicamente mujeres, han sido hostigadas sexualmente dentro del recinto, ya sea por otro estudiante, un profesor o un empleado no docente.
Al cierre de esta edición, se desconoce si la nueva política institucional incluye remedios concretos para personas que han pasado por situaciones como las de Carla.
Ayuda a víctimas de hostigamiento sexual
“Me hizo sentir bien acosada, perseguida e incómoda. Mi familia sabe de todo esto y ellos saben que la Universidad no ha podido responder por nada de esto. No hubo alguna medida para protegerme”, concluyó la egresada de la Escuela de Comunicación.
No obstante, Carla puntualizó que lo más que la ha ayudado a seguir adelante ha sido hablar de su experiencia.
“Me he dado cuenta que no estoy sola. No soy la única que le ha pasado. Yo estoy tranquila, porque no llegó a nada físico. Es algo que ninguna de nosotras debería pasar. Hablarlo con otras muchachas que me entienden ha sido lo primordial”, reiteró.
Por su parte, Elithet Silva Martínez, profesora de la Escuela Graduada de Trabajo Social de la UPR Recinto de Río Piedras, puntualizó sobre la importancia de acceder a otros tipos de apoyo, fuera de los institucionales, para que las personas víctimas de hostigamiento sexual puedan enfrentar los efectos de la experiencia.
“Recibir orientación, apoyo y acompañamiento psicosocial, también es crucial en este proceso”, aseveró Silva Martínez.
Asimismo, la también cofundadora de Siempre Vivas Metro detalló que el impacto en la salud mental que sufre una persona víctima de hostigamiento sexual también puede exacerbar condiciones de salud física como dolores de cabeza, tensión muscular y problemas gastrointestinales, entre otros.
“Algunas personas, víctimas sobrevivientes, han reportado experimentar depresión, ansiedad, al igual que afecciones en el sueño y alimentación”, añadió la trabajadora social.
Según la profesora, algunos estudios sobre hostigamiento sexual en escenarios universitarios afirman que existe un vínculo entre el hostigamiento sexual y los asuntos neurálgicos al funcionamiento de las instituciones universitarias.
“En el caso de estudiantes, se impacta el rendimiento académico y los niveles de retención en los programas a los que pertenecen. También, se ha encontrado que estudiantes que experimentan victimización tienen más probabilidades de abandonar la universidad”, comentó Silva Martinez.
La docente reiteró que las universidades deben ser diligentes en demostrar acciones de concienciación, prevención y atención a los casos reportados para que quienes sufran de acoso sexual sientan confianza en los procesos institucionales.
De no poder recibir ayuda de parte de la institución universitaria, la persona víctima puede acceder a los servicios de Siempre Vivas, un proyecto interfacultativo adscrito a la Escuela Graduada de Trabajo Social en el Recinto de Río Piedras. La red de apoyo, compuesto por docentes y estudiantes de diversas disciplinas, ofrece acompañamiento y asesoría a víctimas y sobrevivientes de acoso y hostigamiento sexual.
Según la cofundadora de Siempre Vivas, la agrupación parte del respeto por la autonomía y el empoderamiento. Con este fin, durante el año pasado, facilitaron un grupo de acompañamiento para mujeres sobrevivientes de acoso sexual. Al momento, la entidad se encuentra en el proceso de registro para el nuevo ciclo grupal.
Para obtener más información sobre Siempre Vivas Metro, pueden acceder a su página de Facebook o Instagram como “Siempre Vivas Metro” o escribirle al siguiente correo electrónico: [email protected].