El estudiantado de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Recinto de Ciencias Médicas (RCM) se manifestó ayer, lunes, frente al edificio Guillermo Arbona Irizarry ante el aumento de matrícula y recortes que resultaron en la desacreditación del programa de Neurocirugía de la institución.
Al igual que el grupo de la Hermandad de Empleados No Docentes y la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU), los estudiantes expresaron su oposición a los recortes universitarios con consignas como “¡Arriba y abajo! ¡Los recortes pa’l carajo!”, además de demostrar solidaridad ante otros asuntos sociales como la violencia de género y la privatización de los servicios brindados por la Autoridad de Energía Eléctrica.
“Estamos aquí opuestos a los recortes presupuestarios que han puesto en precariedad nuestro recinto, que han llevado a la pérdida de la acreditación del programa de Neurocirugía. De tan vital importancia para nuestro Puerto Rico, sabemos que va a morir gente por la pérdida de esos residentes (del programa de Neurocirugía) por los aumentos y la pérdida de esos recursos en el recinto. Vamos a seguir aquí todo el día para llevar un mensaje claro al gobierno de Puerto Rico y al país de que nosotros sí sabemos indignarnos y estamos a pie de lucha para defender la salud del pueblo”, expresó, en entrevista con Pulso Estudiantil, Carlos J. Rivero Quiles, representante de la Junta Universitaria del RCM.
El paro, inicialmente, se convocó el pasado miércoles 28 de abril por el Consejo General de Estudiantes (CGE) del RCM al deliberar una moción para aprobar una resolución “en repudio a los recortes presupuestarios al sistema de UPR y se oponga a los aumentos de matrícula propuestos”, informó la carta difundida por el CGE.
La representación estudiantil afirmó que el Recinto no debe sufrir más recortes presupuestarios por el riesgo de perder la acreditación de otros programas, como sucedió con el de Neurocirugía, indicó en la carta difundida.
Asimismo, el CGE alude a la decisión de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) cuando restringió $94 millones del presupuesto, un 51 por ciento, sometido por la UPR, impulsando sus operaciones con $407 millones de los $833 millones que tenían asignados originalmente.
Natalie Jaresko, directora ejecutiva de la JSF, exigió a la UPR un aumento en matrícula a estudiantes graduados a un promedio de $7, 446 por alumno, según una misiva que envió a la institución.
En efecto, la Educación Médica Graduada (ACGME por sus siglas en inglés) retiró la acreditación del programa de Neurocirugía del Recinto de Ciencias Médicas por un déficit de equipo y personal médico, el cual será efectivo desde el mes de junio del 2022.
De esta manera, los representantes del sector docente ante la Junta Universitaria de la UPR atribuyeron la desacreditación del programa de Neurocirugía del RCM a la Junta de Supervisión Fiscal y a la Administración Central, debido a que la necesidad de pagarles a los bonistas ha causado problemas con agencias acreditadoras, según la representante claustral de la unidad de Arecibo, Rosa González Muñiz.
Sin embargo, la representante claustral alterna Lida Orta Anés aseguró que los sucesos de desacreditación son solo una de las consecuencias en efecto a los recortes presupuestarios.
Comentó Orta Anés que el RCM sabía sobre la probatoria del programa de Neurocirugía, por lo que la ACGME les asignó $8 millones, pero que “no se sabe en qué se utilizó (el dinero) y los informes de progreso requeridos se han entregado incompletos y atrasados”.
“Ya vimos el efecto hace poco de la pérdida de la acreditación del programa de Neurocirugía y eso es algo inaceptable para esta escuela y para el país, que es una cosa que le brinda beneficios enormes al pueblo de Puerto Rico. Esto tiene que parar y estamos aquí luchando por eso”, comentó a Pulso Estudiantil el estudiante del RCM de la residencia de Medicina Jorge Asenjo durante la marcha.
También, la CGE acordó que los recortes presupuestarios impactaron al programa al reducir la capacidad de emplear personal y cumplir con los requisitos de la acreditación.
De no concordar un acuerdo para restablecer la acreditación con la ACGME, cerrará el único programa de Neurocirugía en Puerto Rico en el que solo se graduarán dos de los 11 residentes, pues toma siete años en completar la residencia.