Por: Jorge L. Rivera Velázquez
Durante casi una década, los estudiantes de la UPR han hecho un llamado al pueblo a luchar en contra de las políticas de austeridad que se nos han impuesto, y de la destrucción de nuestras instituciones públicas como la Universidad de Puerto Rico. Nuestra alma máter ha sido el bolsillo de los partidos políticos para “corregir” las deficiencias fiscales en otras agencias del gobierno y que ahora sabemos, con los recientes casos de corrupción, que ha sido en la mayoría de los casos para beneficiar a unos pocos con el dinero del pueblo.
Durante estas últimas semanas, han transcurrido una serie de manifestaciones que nace de la indignación y frustración de un pueblo cansado de la corrupción y de las mentiras (falsas promesas) de nuestros políticos. Ahora bien, la UPR en los pasados años ha sido controlada por el PNP/PPD que poco a poco ha desmantelado y, como resultado, vemos hoy aumentos en el costo de matrícula, cuotas, deficiencia en los servicios estudiantiles, menos cursos y secciones, menos derechos los docentes y no docentes, y la lista continúa…
Esto tuvo como resultado una huelga estudiantil durante el 2017 clamando al gobierno actual y a la Junta de Control Fiscal (actor nuevo con intereses similares) la protección de nuestra institución y espacio de discernimiento, aprendizaje y organización colectiva. Hoy tenemos una universidad debilitada y acechada por las políticas neoliberales que profetizan (claman) su destrucción y desmantelamiento para que esta generación y las futuras no tengan un espacio donde puedan hacerle frente a esas mismas políticas que buscan la destrucción de nuestra isla.
Ante este escenario, estamos aquí nosotros los “problemáticos y pelús” para defenderla y sacar la cara por ella, pues aquí se han gestado (y siguen gestando) grandes movimientos sociales para salir en defensa de nuestro terruño y de nuestra joya: ¡La UPR! Somos “problemáticos”, pues yo le digo que, si ser problemático es defender la educación pública, accesible y de calidad para y por nuestro país, pues lo soy (somos) y con orgullo -al menos yo- lo siento así y así lo llevo.
Mi invitación a los estudiantes y al país en este momento es la misma que el escritor uruguayo Eduardo Galeano nos regaló en su cita: “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir”. ¡Que vivan los estudiantes y el país, y que la lucha continúe!
Editado por: Melanie Paola Franco Marrero
Las expresiones vertidas en este escrito no necesariamente representan el sentir de Pulso Estudiantil.